Es muy relajante recogerlos y, además, los vais probando.
La otra zona de la huerta es la destinada al cultivo de hortalizas, durante todo el año, que servimos después en nuestra mesa.
Nuestros huéspedes disfrutan de verduras y frutas recogidas en su punto de maduración ideal, frescas, ricas, sin tratamientos químicos y con un sabor que pocas veces degustamos.
Si tenemos excedente, podemos vender alguna cosa a nuestros clientes.
Alcachofas, guisantes, calabazas, tomates, pimientos, guindillas, lechugas de variedades tiernas, puerros, calabacines, pepinos, kiwis, manzanas, caquis, moras, grosellas, frambuesas, moras, nueces, castañas…
¡Ven y prueba!